2 Corintios 3: 17.
“Ahora bien, el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor hay libertad”.
En la segunda carta a los Corintios en su capitulo 3 el apóstol Pablo viene hablando de los ministros del nuevo pacto y la gloria del nuevo pacto. En su exposición el apóstol explica al principio del capitulo que él NO necesita carta de recomendación porque los mismo hermanos de Corinto eran su carta de recomendación.
En la época del apóstol Pablo habían muchos falsos profetas y falsos apóstoles que viajaban y trataban de engañar a los hermanos, por eso era necesaria una carta de recomendación PERO el apóstol explica que el NO TIENE ninguna necesidad de mostrar alguna carta de recomendación ya que los mismo hermanos de Corinto eran su carta de recomendación.
El buen testimonio de los hermanos que portaban el mensaje de salvación garantizaba la eficacia del mensaje que presentaban. Es decir NO había duda que la palabra presentada por estos hombre y estas mujeres era digna de ser recibida.
Esto nos habla ahora que la Palabra de Dios debe generar cambios en nosotros para que de esta manera seamos más efectivos presentando el mensaje de salvación. Imagínese una persona que tiene años en el evangelio y no es bautizada tratando de convencer a una persona NO convertida para que esta se bautice, ¿es eso correcto? la respuesta es NO. Primero la persona debe bautizarse y luego invitar a otros a seguir su ejemplo….
Entonces debemos vivir la palabra y dar buen testimonio para que los NO creyentes se acercarse al Señor y así obtengan su salvación….
Luego el apóstol cambia de tema y nos dice que el Nuevo Pacto tiene una gloria mayor que el Pacto Antiguo ( 2 Corintios 3: 7 - 8 ). “Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer, 8 ¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del espíritu?”.
¿Estuvo mal que el apóstol Pablo llamara al Antiguo Pacto el ministerio de muerte? NO, porque eso es lo que la ley nos hace; nos hace morir como culpables delante de Dios. La ley nos acusa y nos señala el pecado. Lo bueno, es que por medio de la ley vemos que necesitamos un Salvador.
El apóstol nos indica que este ministerio fue con gloria, esta gloria estaba asociada con la promulgación de la ley y el antiguo pacto. En aquel tiempo, el Monte Sinaí estaba rodeado de humo; habían terremotos, relámpagos, truenos, la voz de Dios, etc.
Pero esta gloria del Antiguo Pacto fue mostrada en el rostro de Moisés ( Exodo 34: 29 - 30 ). “Y aconteció que descendiendo Moisés del monte Sinaí con las dos tablas del testimonio en su mano, al descender del monte, no sabía Moisés que la piel de su rostro resplandecía, después que hubo hablado con Dios. 30 Y Aarón y todos los hijos de Israel miraron a Moisés, y he aquí la piel de su rostro era resplandeciente; y tuvieron miedo de acercarse a él”.
Mas adelante Las Sagradas Escrituras nos describen como Moisés se puso un velo sobre su rostro. Esa gloria como fuera en el rostro radiante de Moisés, era una gloria que se desvanecía y que iba a terminar. La gloria del antiguo pacto brillando a través del rostro de Moisés era una gloria que desaparecía, PERO LA GLORIA DEL NUEVO PACTO ES UNA GLORIA QUE PERMANECE Y NUNCA SE DESVANECE, evidenciando que el Nuevo Pacto es un pacto mejor….
Bajo este Nuevo Pacto tenemos acceso directo a Dios y NO hacemos lo que Moisés hacia, que se ponía un velo sobre su rostro después que hablaba con Dios. Un velo es una barrera que hoy ya NO la tenemos. Esa barrera fue quitada por nuestro Señor Jesucristo en la cruz del calvario.
Entonces el apóstol Pablo nos explica ( 2 Corintios 3: 17 ). “Ahora bien, el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor hay libertad”.
Pablo dice que El Señor es el Espíritu, él quiere decir que El Señor es Espíritu Santo, de la misma manera que Jesús y el Padre son uno así. El Señor y el Espíritu son uno, y nos dice que donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
Lo que Pablo nos dice es qué: Cuando Moisés entraba en la presencia de Dios, él (Moises) tenía la libertad de quitarse el velo ( Exodo 34: 34 ). “Cuando venía Moisés delante de Jehová para hablar con él, se quitaba el velo hasta que salía; y saliendo, decía a los hijos de Israel lo que le era mandado”. Era la presencia del Señor que le daba esa libertad.
De igual manera nosotros hoy tenemos al Espíritu Santo, quien es el Señor y que nos da la libertad en este Nuevo Pacto de relacionarnos con Dios sin usar el velo en su presencia, así nosotros tenemos la libertad debido a la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas.
Donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad, si tenemos libertad mas NO libertinaje, tenemos una libertad en nuestra relación con Dios por medio de lo que Jesús hizo en la cruz del Calvario y por medio de lo que esta haciendo el Espíritu Santo, pero nunca tenemos la libertad para desobedecer lo que el Espíritu dice en la palabra de Dios.
Recuerde las palabra del apóstol Pablo en ( 1 Corintios 10: 23 ). “Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica”. Así que no usemos nuestra libertad en Cristo para hacer cosas que no convienen….
Caminemos en la libertad que Jesucristo nos ofrece para que sea glorificado en nuestras vidas, que Dios te bendiga rica y abundantemente…..